domingo, 23 de agosto de 2015

SUNDERBANS

Domingo 23 de Agosto de 2015 a las 8:24 desde el aeropuerto de Calcuta

Que os puedo contar de Sunderbans que no os haya contado ya...Sunderbans es un paraíso...un paraíso que al menos en los seis años que ya llevo viajando a India no ha cambiado nada...quizá por eso en esta ocasión necesito este respiro mas que nunca...necesito un poco de paz en mi cabeza que lleva sin parar ya semanas...como una batidora en continuo funcionamiento...de día y de noche...duermo mal...estoy cansada...de mal humor...y con un dolor de cabeza continuo desde hace días...no deja de sorprenderme este país...no deja de sorprenderme las reacciones que genera en mi...cada viaje es un mundo...y este va a ser difícil de digerir.

El viaje a Sunderbans siempre es lo mismo y esa rutina me gusta mucho y la necesito...no hay sorpresas... un madrugón y tres horas y media de coche si la cosa se da bien y no hay trafico...tres horas y media que paso entre dormida y observando las millones de imágenes aterradoras del día a día de la gente de las zonas rurales...vidas duras...muy duras...y mucha resignación en cada mirada... Y mis referencias en el camino...una vía de tren...otra...una gasolinera...todo sigue ahí...exactamente igual...casi reconozco hasta algunas caras...aunque eso es mucho decir...sobre todo porque aquí todos se parecen de algún modo...

En esta ocasión viajamos con Tapan, su madre, su hermanita y con Soumen y su padre, después de las revisiones de ayer en el Apollo los llevamos de vuelta a casa.  La llegada a Sunderbans es maravillosa y dura al mismo tiempo, no hay ruido, se respira otro ambiente...no hay tanta contaminación y suciedad...todo es verde...y hasta a la gente se la ve de otra manera...gente sencilla, con vidas muy sencillas, vida de campo...dura...sobre todo en estas épocas de monzón...vemos muchos niños...niños en mitad del camino...que no van al colegio...que dejan pasar la vida solos al borde del camino jugando con cualquier cosa...que nos miran y sonríen al vernos pasar con el coche...

En el camino, ya casi llegando a la escuela donde el Brother tiene el proyecto, voy reconociendo casi cada casa...veo a la hermana mayor de Supriya...y un poco mas adelante reconozco a su madre que tiene en brazos un bebe...y Tapan me mira con esa sonrisa perfecta que quita el sentido... y me dice que es el hermano se Supriya...¡Supri tiene un nuevo hermanito! Y dejamos a Soumen y a su padre en el camino a su casa y nos cogen la mano en señal de despedida y sobre todo de agradecimiento...por ocuparnos de su hijo...y un poco mas adelante dejamos a Tapan y al resto...sale a recibirlos su padre...un hombre muy joven, casi un niño...y otra vez lo mismo...apretón de manos...de transmitir mucha energía...caricias...cariño, agradecimiento...

La furgoneta no puede pasar hasta la escuela...es la misma imagen cada verano...el camino es prácticamente intransitable por el barro que ha dejado el monzón...el coche nos deja...aparece Sidharta para ayudarnos a cargar las mochilas y recorremos los 100m de camino a la escuela haciendo equilibrios para no meter la pierna hasta la rodilla en el barrizal.

Y todo lo demás transcurre como siempre...descargamos, pasamos por las clases donde están dando clase los pequeños que son los que mas madrugan...besos y abrazos...Mousumi nos cuenta su operación del brazo, tuvo un accidente con la bici hace unos meses y se rompió el codo...y para nuestra sorpresa algo si ha cambiado...cada mañana reparten comida a todos los niños del pueblo...hace unos meses se perdieron todos los cultivos de arroz por las lluvias y el temporal...y la ONG austriaca decidió que había que dar de comer a todos los niños al menos una vez al día hasta que recuperen las pérdidas...ole por ellos...una vez más... La imagen del reparto de comida...en un orden y un silencio que pone los pelos de punta...es espectacular...

Y luego todo vuelve a la normalidad...y vuelve el silencio cuando los niños se van cargando con su comida (que quizá compartan con toda la familia al completo)...tomamos un te con galletas...y Noelia quiere ir a dar un paseo y se va con Sidharta...Laura y yo nos tumbamos pero a los 2 minutos me tengo que levantar porque no puedo pegar ojo...y me siento frente a la fuente...la fuente de la vida...una silla debajo del tejado de paja de la escuela...en silencio...sola...viendo como las mujeres van y vienen a recoger agua en cantaros y se los cargan a la cadera...ese momento es único amigos...hay quien sabe disfrutarlo y hay quien es incapaz de aguantarlo...yo lo disfruto y lo valoro como nada en el mundo...esa imagen en unos días ya en España...en momento de estrés y de nervios la recordaré para centrarme en lo que realmente es importante en esta vida...es mi oasis en medio del desierto...así que cierro los ojos...respiro profundamente y cojo fuerza...y me pongo a escribir la carta que le debo a Rashida...y le digo con mucho dolor todo lo que no querrá escuchar...pero esta parte amigos... queda entre nosotras...

El resto del día pasa volando...comemos con Sidharta y con Shibu...que tiene el pelo rapado en memoria de su abuelo que falleció hace unos días...y charlamos...sobre las becas de estudios, sobre lo que necesitan, sobre como están las cosas, nos hacemos fotos y reímos...no hay mucho mas que hacer en los Sunderbans...

Vamos a casa de Sidharta y Mousimi...que viven en una minúscula choza de adobe y paja...llegar allí es un numero...el camino es una auténtica pista de patinaje de barro...ellos no se manchan y a mi el barro me llega hasta la rodilla...La casa de Sidharta y Mousumi es pequeña y no tienen prácticamente nada...pero nos sentamos allí y en un momento nos lo dan todo...mucho mas de lo que pueden permitirse...nos preparan un platazo de frutas que tiene un aspecto espectacular, mango, manzanas, plátano, pepino, coco, huevo cocido y té con miel...una mezcla extraña después de haber comido hace solo una hora...pero lo disfrutamos y ellos más viéndonos comer...para ellos es un honor que estemos allí y disfrutan como niños...pero el honor es nuestro...por esa lección de vida que nos dan cada instante...con todo lo que hacen.

Volvemos a la escuela y nos espera Palash...el profe de inglés...le he traído el álbum de fotos que le prometí y lo abre como si fuera un niño pequeño que abre un regalo por primera vez...y mira cada foto...con una sonrisa única...

Toca recoger para marcharnos...y están todos entre enfadados, decepcionados y tristes...ha sido una visita relámpago y no se conforman con solo unas horas...nos hacen prometer que volvamos y que la próxima vez nos quedemos al menos 2 o tres días...en el camino hacia el coche viene Debsankar, el niño de la ictiosis que está ya casi mas alto que yo y que nos enseña feliz lo bien que tiene ya la piel, como un niño totalmente normal...que alegría....y nos despedimos...y nos regalan flores...nos abrazamos...nos besamos...nos cogemos fuerte de la mano...y subimos al coche...y se aleja y allí les dejamos...vuelta a sus vidas sencillas...después de romper por solo unas horas sus rutinas...

Y otra vez el camino...vemos anochecer y tardamos casi cuatro horas en llegar al hotel porque a la vuelta hay muchísimo tráfico en Calcuta...no pego ojo en el camino de vuelta...la música que sale de la radio me pone un dolor de cabeza brutal... no se ya como sentarme...así que paso el camino observando todo lo que vamos viendo y tratando de concentrarme en ello para no pensar demasiado...

Al llegar cenamos con parte de los voluntarios que regresan de su viaje...y vuelve un poco la energía...reímos...compartimos experiencias de esta ultima semana y recordamos momentos especiales...los lazos se han estrechado y estoy segura de que estas relaciones que se han creado aquí en Calcuta se mantendrán con muchos de ellos...buena gente...muy buena gente y muy especial...os quiero amigos...ya formáis parte de mi familia india...

No hay comentarios:

Publicar un comentario