martes, 19 de agosto de 2014

LA VERDADERA VIDA EN KOBARDANGA



Cada año venimos a Kobardanga con la agenda repleta de tareas, no sobra un segundo para nada, ya veis lo poquito que este año he podido escribir, la actividad es tan intensa que tiramos por lo que nos mueve no porque el cuerpo nos responda. A las condiciones que nos encontramos tenemos que sumar el agotamiento y en la mayor parte de los casos la enfermedad, las diarreas, los vómitos, la mayor parte de las veces incontrolables…y la ausencia de aseos en Calcuta a veces hace que te pille en mitad de la calle y tengas que descargar en cualquier esquina o dar grandes carreras concentrado para que no salga antes de tiempo hacia el aseo más cercano…que son pocos pero todos tenemos más que localizados.

A pesar de esas circunstancias adversas, provocadas por la contaminación, el monzón, el cansancio, la comida, los aires acondicionados…pasamos el año entero pensando en volver a este lugar que tiene algo que atrae...de una manera extraña y para siempre…quizá en nuestro caso lo que nos mueve a volver una y otra vez son los niños, sea Kobardanga…todos lo vemos como un paraíso, pasamos el año pensando en los niños, en todo lo que vamos a hacer con ellos, los talleres, la fiesta, las actividades con los chavales, para hacerles la vida un poquito más fácil. El primer paseo hasta el cole cada año es especial y único, no puedo describir los nervios que se sienten en ese primer paseo cada verano…y la sensación de entrar por las puertas de Kobardanga y ver esas caras de alegría, esas sonrisas…saben que venimos a quedarnos unas semanas y saben que las próximas semanas lo pasaran en grande, empiezan las Spanish Clases que están esperando, todo serán alegrías, todo serán juegos y diversión.

Pero esa no es la verdadera vida en Kobardanga…y solo te das cuenta de la dureza de todo esto si quieres verlo y con el paso de los años uno va profundizando más y más y cada vez se hace más difícil el día a día y sobre todo las despedidas…en mi caso he creado lazos muy fuertes con muchos de ellos e irme de aquí es un poco abandonarles… o son ellos los que se quedan y yo me siento abandonada? No lo sé…

La verdadera vida de estos niños no es lo que vemos en las dos semanas de voluntariado, la vida en Kobardanga es difícil, dura… aunque a la vez fácil si lo comparamos con lo que estos chavales tendrían en la calle…la vida en Kobardanga no son juegos…no es diversión, no es cariño…no son atenciones. La vida empieza muy, muy temprano, demasiado temprano, en el caso de los niños que viven un poco alejados del colegio su día a día empieza a las 4 de la mañana que es cuando les levantan, tienen unas horas para las duchas, recoger habitación y deberes, un desayuno ligero y a las 7 de la mañana tienen que están en el cole para formar filas cual ejército, ver la programación del día y empiezan las clases…todo ellos dirigido por un “Principal” una especie de Director del Colegio que se parece más a un sargento coronel nazi que a una persona…solo sabe dar órdenes, solo sabe levantar la voz a los chavales y no les deja expresarse…. Según cuentan los niños solo el puede hablar, no existe diálogo…

Después de las clases, alrededor de las 14h y tras solo haber realizado un descanso, los chavales pueden dormir una hora de siesta que la mayor parte aprovecha para seguir estudiando…por las tardes clases de refuerzo y más y más y más horas de estudio…exigencias a un nivel demasiado exagerado para chavales…algunos de ellos no terminan los deberes hasta medianoche y esto es demasiado teniendo en cuenta que les levantan a las 4 de la madrugada…

A todo esto se suma la cantidad de gente que trabaja en el cole solo para cubrir las necesidades básicas, cada año echo en falta en este colegio gente que se preocupe por los chavales, gente que les escuche, gente que les de cariño que les cuide que les enseñen a entender las etapas por las que van pasando, alguien con quien puedan hablar, con quien puedan desahogarse… cuando nosotros venimos aquí los niños nos cuentan miles de historias, muchas de sus preocupaciones, sobre las cosas del día a día, sobre su futuro… cuando nosotros nos vayamos ¿con quién hablaran el resto del año?

En temas sanitarios, la cosa ha mejorado sustancialmente en los últimos años, la llegada de Manosi ya os he contado como ha cambiado las cosas, pero no es suficiente… A partir de las 5 de la tarde el colegio se queda vacío, la mayor parte de los trabajadores terminan la jornada… una jornada larga, muy larga… no hay conductores… no hay enfermeras… y si hay una urgencia… se quedan solos…

Paso el año pasado cuando Sharmila se tomó las pastillas y ha pasado este año dos veces con Raju…con el primer ataque estaba tranquila porque nuestros médicos le atendieron y se lo llevaron a urgencias rápido…con el segundo ataque…no sé cómo describiros como me sentí…el director de cole acababa de regañarle…a gritos por haber faltado a clase tres días (estaba con nosotros haciéndose mil pruebas para ver si averiguamos porque esos ataques y esas convulsiones…)…a gritos que se escuchaban desde el patio…Raju no podía defenderse, explicar que estaba con nosotros en el hospital… Manosi el día anterior le escribió una nota pero ni eso le servía…gritaba que le echaría del colegio… Raju…vuelve a caerse y empieza a convulsionar de nuevo…entramos allí y es desolador…ellos piensan que es fingido…llamada de atención…pero Monica, Ines y Laura están allí para ver que eso no puede ser teatro… quiero una ambulancia pero vuelve a no haber conductores, el Brother no está en el cole y después de mil gritos y discusiones con el Manager y la enfermera…que nos es enfermera…tras más de media hora aparece el Dr. Saha cuando Raju ya se ha medio recuperado y duerme agotado…El Dr. Saha apoya la opinión de Director de que todo es una llamada de atención….

¿Qué pasa detrás de esas puertas cuando nos vamos? Muchos de los niños viven aterrados por las exigencias…por el miedo a no llegar… y están solos…con sus preocupaciones y sus inquietudes…y lo duro de esto no es darse cuenta de todo esto que os he contado…es darse cuento de que no podemos hacer más de lo que ya hacemos…pero ese poquito…ese granito de arena no podemos dejar de dárselo nunca…

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