domingo, 22 de febrero de 2015

Mother House y Primer viaje al Cole con el Grupo Medico

Amanecemos a las 5 de la mañana...anoche me quede escribiendo hasta muy tarde y cuando suena el despertador no puedo creérmelo...he dormido 4 horas...pero con un sueño profundo, muy profundo...Hace meses que no descanso como esta primera noche... No se que tiene este hotel y estos viajes...lo comentaba hoy con alguien por aquí...Calcuta es una ciudad dura, muy dura, que te pone al limite...Calcuta es una ciudad de colores, olores y sabores...Calcuta es todo emociones...pero también es suciedad...es calor...es sudor...es caos...es ruido... y no se que tiene que a mi me relaja...si...me relaja habéis leído bien...

Cuando llego aquí desconecto totalmente...quizá porque esto es realmente otro mundo...un mundo incomprensible, injusto...repleto de gente que no tiene absolutamente nada pero que te lo da todo con una sola mirada, con una sonrisa...es una ciudad que late y que te hace latir...y a mi en concreto me hace sentir viva y me hace valorar lo realmente importante...que se puede ser feliz sin nada...y yo me traslado a este mundo y me olvido de todo.

Calcuta es mi mundo hacia dentro...un lugar que me ha permitido conocerme a mi misma, valorarme, conocer mis limites...es un lugar donde soy yo en mi mas amplio sentido...siempre lo he dicho...Calcuta saca hacia fuera todo lo bueno y lo malo de cada uno...y es un privilegio...darse cuenta de esto...valorarlo y aprovecharlo...

Ya lo dije en una de mis primeras entradas hace ya cinco años...a Calcuta se la quiere o se la odia... Los que me conocéis lo sabéis...vivo enamorada de la ciudad y de sus gentes...aunque reconozco que en mas de una ocasión algunos han sacado lo peor de mi...y algunos de los que lo leéis hasta lo habéis vivido conmigo...

Después de despejarnos con una ducha caliente y de despertar a los de la recepción del hotel para que nos abran la puerta...nos encaminamos todavía de noche hacia Mother House para asistir a la misa con las Misioneras de la Caridad...atravesamos el barrio musulmán...nuestro barrio...un paseo duro para nuestros ojos pero muy especial...paseamos observando como la ciudad despierta...se despereza...

Llegamos a Mother House y solo con atravesar esas puertas ya uno siente la paz...el aire que se respira en este lugar es difícil de describir...la mirada de las misioneras, su entrega absoluta, su amabilidad y su ternura...es realmente admirable. Asistimos a misa rodeadas de misioneras y voluntarios...se me eriza la piel al escuchar a las hermanas cantar...me emociono y me siento feliz y pienso que no quiero que corra el tiempo...quiero vivir cada segundo de este viaje...disfrutar y retener cada instante y este sin duda es uno de esos momentos mágicos que no se olvidan.

Desayunamos con los voluntarios, te y un plátano...y volvemos hacia el hotel atravesando el barrio una vez más...un barrio que trabaja ya a pleno rendimiento...gente sirviendo desayunos en la calle, gente que se lava en las fuentes, taxistas limpiando sus coches...tiendas y tenderetes en la calle que venden todo tipo de cosas...¡¡Buenos días Calcuta!!

Re desayunamos en el Blue Sky...un clásico...coffee, butter jam toast...pero no tienen Sweet lime juice...ese zumo delicioso que me ha salvado de tantos bajones hace unos meses en verano... y me tengo que conformar con el Orange...pero me sabe igual de bueno...Pasamos allí un buen rato relajados, conectándonos con el “otro mundo”...Ay amigos...como ha cambiado todo en estos años...se ha perdido la magia de la desconexión total, de no tener movil, de que la única manera de comunicarte sea acercarte al ciber donde se conectaban decenas de voluntarios y se juntaban todas las nacionalidades...ese ciber ya no existe...y ahora en cada esquina se ve gente con móviles intentando robar el wifi de los restaurantes y hoteles de la zona... ¿como era la vida cuando no había móviles?...¿como era cuando nos sentábamos a desayunar y simplemente hablábamos?...siento nostalgia de ese tiempo...

Nos reunimos en el Hilson con el grupo de médicos/enfermeras para ir de camino al cole, hoy vamos a dar una vuelta por todas las instalaciones para que conozcan el proyecto, para que puedan hacer todas las preguntas que tienen en sus cabezas, para que se encuentren con los niños y rían y disfruten de lo mejor de estos viajes...de nuestro motor...porque Kobardanga...Nalanda School es nuestro motor, lo que a muchos de nosotros nos hace movernos y tirar para adelante con lo que nos echen sea lo que sea.

Hoy es un día especial para ellos, ese primer encuentro es algo que solo vivirán una vez y es un privilegio poder vivirlo junto a ellos...la bienvenida que dan los niños es tal como yo esperaba pero muchos de los voluntarios están sorprendidos...por el cariño recibido, por las caras alegres...la bienvenida ha sido pasar en segundos de cero a doscientos... una avalancha de buenas vibraciones, de alegría, los niños están felices de que estemos otra vez aquí y nosotros felices de verles.

El día ha sido especial, un recorrido completo por todas las casas, un día de encuentros especiales con muchos de los niños a los que estamos viendo crecer, un día de complicidades y de confesiones...Ya os hablare mañana de algunas de estas confesiones...ahora es la una de la madrugada y mis ojos me piden tregua...habrá que dársela...Buenas noches Calcuta...gracias una vez mas por regalarnos un día maravilloso...



sábado, 21 de febrero de 2015

Primer dia de un Séptimo Viaje a Calcuta

00:47 del 22 de Febrero de 2015 desde la Habitación del Sunflower Guerthouse

Son las siete de la mañana y suena el despertador como cada mañana, pero no es una mañana cualquiera...me despierto de manera diferente...siento nervios, alegría, todas las emociones que os imaginéis a flor de piel...En unas horas nos recogen para ir al aeropuerto y partiremos rumbo a nuestro segundo hogar...nos espera un largo viaje pero no importa porque...¡¡Volvemos a Calcuta por unos poquitos días!!

No es fácil describir como se siente uno ante un viaje de estos, en mi caso es ya el séptimo en cinco años...madre mía como pasa el tiempo... No es fácil encontrar las palabras...aunque se que muchos de los que me leéis sabéis bien a que me refiero...solo la idea de llegar allí...volver a recorrer esas calles, volver a reencontrarnos con los amigos, volver a ver al Brother y volver a abrazar fuerte a todos nuestros niños...hace que me sienta inmensamente feliz...hace que todo el esfuerzo y el trabajo de estos últimos meses merezca la pena con creces...viajo a Calcuta una vez mas para agotarme fisicamente...para llegar al limite en muchos sentidos, pero para volver a reencontrarme con lo que me da energías para volver Madrid y seguir peleando duro...de este viaje volveré...pero prepararos porque volveré reforzada en muchos sentidos...

Después de cerrar las maletas vamos para el aeropuerto y como todo no puede ser fácil en una viaje como este...nada mas acercarnos al mostrador de Emirates, abren mi pasaporte y casi se les deshace en las manos. Seis viajes previos a India...5 monzones han caído sobre él a pesar de ir siempre bien guardado en la riñonera...esa riñonera ya mítica...que me ha acompañado todos estos años...No me dejan volar con ese pasaporte así que tengo que ir a la comisaría de la terminal a hacerme un pasaporte de urgencia...suerte que llegamos con tiempo suficiente, suerte que el policía que me atendió hizo el pasaporte en solo 5 minutos...suerte que solo fue un pequeño contratiempo...

El viaje es largo, muy, muy largo...leo, veo algún documental, enciendo y apago la pantalla del asiento...escucho música, comemos...intento dormir...digo intento porque en el primer vuelo no he pegado ojo y en el segundo apenas una hora...los aviones de emirates no están mal pero me sigue faltando espacio por todas partes...imposible descansar.

Llegamos a Calcuta a las 7:30 de la mañana, nos espera un largo e intenso día...otra vez nervios, en este caso por ver como reaccionaran las personas que me acompañan en este viaje...voluntarias que aterrizan aquí por primera vez...es bonito, es emocionante...es muy especial ver sus caras, esas reacciones...esos ojos queriéndolo ver todo...esos cinco sentidos a todo lo que dan...Y es que salir por primera vez del aeropuerto de Calcuta es una experiencia que solo se vive una vez...es algo que en ocasiones recuerdo con algo de nostalgia...esa sensación de subir por primera vez a los taxis que parece que se rompen...que se aventuran por las congestionadas y ruidosas calles de la ciudad...atestadas de gente, contaminadas, plagadas de historias duras en cada esquina...calles llenas de vida en su mas amplio sentido...

Llegamos al Sunflower Guesthouse, nuestro hogar... Nada mas vernos el ascensorista nos saluda con una enorme sonrisa...inevitablemente vienen a mi cabeza todos los amigos con los que he convivido aquí...vosotros sabéis quienes sois y estaréis de acuerdo conmigo en que el Sunflower es un sitio muy especial... ¿Como podría venir a esta ciudad e instalarme en otro lugar? Cada habitación de esta Guesthouse tiene una historia especial que contar... Mientras subimos en ese ascensor centenario recuerdo a todas esas personas que de alguna manera traigo conmigo, en mi maleta y en el corazón...grandes amigos...de esos que son para toda la vida...una gran familia que viaja conmigo allá donde voy...miles de bonitas historias pasan por mi cabeza según vamos pasando cada planta... momentos que llevo muy dentro, que me dan fuerza, que me recomponen...que me hacen sentirme llena y segura.

Subimos a la cuarta planta y todo resulta simplemente fácil... nada mas llegar, tenemos nuestras habitaciones, nos registramos, y sin esperar un segundo mas nos lanzamos a la calle camino a Sudder Street para tomar un desayuno que nos de energías...el día acaba de empezar...

Pasamos parte de la mañana en compañía del bueno de Pinku...hacemos nuestros bussiness...y charlamos tranquilamente con unos chais que nos levantaran un poco el animo...la noche sin dormir empieza a pesar en nuestras cabezas...Compramos...todo lo necesario para esta semana...poca cosa...una de las cosas que tiene esta ciudad que me impacto hace años es esa sensación de no tener nada, no necesitarlo y ser plenamente feliz...así que compramos un poco de champu...un limpiador de cara...gel de baño...un enchufe antimosquitos y tenemos todo lo que nos hace falta.

Comemos en compañía de Mou, amiga que trabajó un año con el Brother como Manager y que dejo el colegio el pasado verano... Es una mujer inteligente, que ha estudiado fuera, con inquietudes, con ganas de hacer cosas, con ganas de involucrarse...es una mujer con ganas de tirar para adelante pero que se vio frenada en muchos sentidos por el Brother y decidió tomar otro camino...una gran perdida para Nalanda School...pero una amiga especial que me ha regalado este país, con la que comemos y a la que espero que sigamos viendo en cada viaje...y quien sabe...¡quizá hasta nos podamos encontrar en algún momento en España!

Vamos a buscar a Rocio, esperamos un rato en la puerta del Hilson para ver si llega el resto del grupo pero decidimos salir rápido para Kobardanga...el Brother nos espera para una primera reunión y yo personalmente no puedo esperar mas...estoy inquieta... quiero entrar ya por esas puertas...quiero escuchar a los niños llamarme, quiero abrazarlos, quiero volver a sentirlos cerca, fisicamente cerca, porque estos niños entraron en mi corazón hace cinco años y nadie podrá separarnos...pero necesito cogerles en mis brazos y sentir como me abrazan fuerte y les hacemos un poquito mas felices solo con vernos.

Después del camino de siempre...metro...rickshaw hasta el mercado de pescado... y paseo dejando atrás el atroz ruido de la ciudad...nos acercamos por el atajo al colegio...según nos aproximamos a la Small House veo a lo lejos que las niñas están fuera de la casa, en el camino... jugando con unos patos...Nos miran incrédulas...¿Maite?...saludo con la mano y empiezan a gritar mi nombre...¡¡¡Maite!!!...Sita...la pequeña Sita trepa sobre mi y me abraza feliz...me llena de besos...una decena de niñas viene a abrazarme y a saludarme y al instante muchas de las niñas rodean a las voluntarias que vienen con nosotras...preguntan sus nombres...las abrazan y las cogen de la mano...caras nuevas que llegan para llenar de cariño y de ilusión estos días...Reconocen a Laurel...que tiene una cara de felicidad absoluta...y yo solo con mirarla me siento orgullosa y feliz...porque si...porque no os imagináis lo que es compartir este momento con alguien como ella...los que la conocéis lo sabéis bien...Se nos olvida el cansancio...llevamos muchas horas sin descansar pero de repente un aluvión de energía me llena por dentro...veo caras nuevas...veo niñas que han crecido mucho en estos meses...veo a las niñas muy felices y eso me hace sentir tranquila...están bien...están todas muy bien...son felices...en esa Small House...¡¡en la casa de la alegría!!

Vamos hacia Anandapally por el camino dejando atrás a decenas de niñas que gritan nuestros nombres y nos dicen adiós con la mano...¡¡hasta mañana pequeñas...volvemos a veros mañana!! Si...no quiero que pase el tiempo...¡¡ya noto que se me escapa de las manos!!

Nos paramos en la puerta de Anandapally y ocurre algo mágico...uno de esos momentos que luego recordaremos siempre...ese momento que seguro esta noche cuando caiga rendida en la cama recordare para dormirme feliz...la puerta esta cerrada pero por la rendija las niñas nos reconocen...gritan una vez mas mi nombre...trepan por los muros para vernos bien...se agolpan en la puerta para saludarnos...Jharna, Sunita, Piu, Tuktuki, Rupa, Hena, Kadija...todas...imposible nombrarlas a todas...que mayores están mis niñas...preguntan por todos los voluntarios...es increíble...por todos y cada uno de ellos...

Por fin la Massi abre la puerta y podemos entrar por esas puertas...cogernos fuerte de la mano, abrazarnos...avanzo y veo a lo lejos a mi Rashida...que al verme corre a abrazarme...la veo muy feliz...la veo contenta por verme...esta bien, su madre esta bien y me quedo tranquila...no puedo dejar de abrazarla...es mi hermanita pequeña en la India...alguien muy especial...¡que guapa esta!...

A o lejos aparece Manosi, nuestra enfermera...nuestro angel...la abrazo...tiene una sonrisa de oreja a oreja, me pregunta por todos los médicos que conoce...¿donde están? ¿cuando vienen?... Contx...¡¡¡¡tenias que estar aquí conmigo!!!!

Y el encuentro mas mágico, el del Brother...recorre el pasillo de la entrada del cole con los brazos en alto...me da un abrazo...es un momento único...de conexión total...saluda al resto con la mano...pero con una amplia sonrisa, tenemos nuestra primera reunión, a su estilo, con pocas palabras pero mas de las que me esperaba...charlamos un rato, nos trae a la pequeña Parveen para que la veamos que entra con miedo al ver caras que no conoce...Pequeña Parveen...ya treparas encima de mi en otro momento que nos conocemos...¡¡hemos vuelto dispuestos a pelearnos con quien haga falta para darte lo que necesitas Parveen Khatoon!!

Y por ultimo una visita a la casa New Light...y un ratito especial y agradable con los niños que viven allí...son niños especiales...inocentes, faltos de cariño...quizá un poco aislados del resto por ir a otro colegio y dar clases solo en Bengali...pero son niños que nos robaron el corazón y que no podemos dejar de visitar cada día cuando estamos por aquí...

Volvemos hacia Sudder...el camino de vuelta...es un mundo porque el cansancio se hace terrible...pero me siento tan, tan feliz que no hay palabras para describirlo...me siento en el rickshaw y hacemos el camino en silencio, en mi caso recreando en mi cabeza cada abrazo, cada palabra de cariño, cada sonrisa...todos y cada uno de estos niños...que son especiales...hacen que todo lo que hacemos merezca la pena.

Cenamos en Jojo’s...volvemos al hogar...una ducha de agua caliente que reconforta y siento la necesidad de escribirlo todo...estoy derrotada...necesito dormir porque ademas mañana madrugaremos para ir a Mother House a escuchar la misa de las Hermanas de la Caridad...pero no puedo cerrar los ojos sin haberos contando todo lo que hemos vivido hoy...primer día de este séptimo viaje a Calcuta...un día maravilloso...único...de esos que recordaré en mi cabeza especialmente a la vuelta y que inevitablemente me harán sonreír...

Gracias niños y niñas de Kobardanga...por lo mucho, mucho, mucho que estáis haciendo por mi!!!